El pasado 2 de enero, en el aeropuerto de Haneda, Tokio, ocurrió un accidente aéreo que por poco se convierte en una verdadera catástrofe humana.
El vuelo 516 de Japan Airlines se convirtió en una gran bola de fuego poco tiempo después de tocar la pista de aterrizaje tras chocar contra un avión de la guardia costera nipona.
Después de recorrer varios metros de la pista de aterrizaje y que el fuego se haya extendido completamente por el lado izquierdo del fuselaje afectando al motor, los 367 pasajeros y sus 12 tripulantes pudieron escapar de las llamas por las rampas de emergencia del lado derecho.
Es realmente impresionante y digno de elogio el valiente y efectivo actuar de la tripulación. Su rápida respuesta y profesionalidad fueron cruciales para salvar la vida de los 367 pasajeros después de que su avión se convirtiera en una bola de fuego tras el impacto.
La destreza de los 12 miembros que conformaban la tripulación al desplegar las rampas de emergencia y garantizar que todos los pasajeros pudieran evacuar el avión de manera segura es un testimonio de su entrenamiento, profesionalidad y dedicación a la seguridad de quienes estaban a bordo. En situaciones de emergencia como esta, la eficiencia demostrada por la tripulación ha sido fundamental, y en este caso, han sido verdaderos héroes al minimizar el número de heridos y garantizar la supervivencia de TODOS los ocupantes.
Los 367 pasajeros y los 12 tripulantes del vuelo 516 de Japan Airlines lograron escapar de las llamas y evacuar exitosamente tras una estrepitosa colisión en la pista de aterrizaje
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