Tras las alas de Paula: Despegue y reflexiones de una TCP en los Cielos

La vida está llena de caminos inexplorados y decisiones valientes que nos llevan hacia nuevos horizontes. Conozcamos a Paula Gonzalez Comesaña, una joven de 27 años originaria de Vigo, quien ha emprendido un emocionante viaje para convertirse en Tripulante de Cabina de Pasajeros (TCP). Desde su decidida elección hasta su experiencia en nuestra escuela de Vigo y su emocionante entrada en el mundo de la aviación, Paula comparte sus vivencias, desafíos y aspiraciones en esta reveladora entrevista.

Un trasfondo creativo y un cambio de rumbo

"Mi nombre es Paula Gonzalez Comesaña, soy de Vigo y tengo 27 años recién cumplidos. Después de estudiar Bellas Artes en la Universidad de Vigo y obtener un máster en Diseño y Dirección Artística en Moda, decidí dar un giro inesperado y embarcarme en el curso de Air-Hostess el año pasado", comparte Paula sobre su transición audaz desde el diseño de moda hacia los cielos.

Una vocación que se arraigó temprano

La idea de ser TCP resonaba en la mente de Paula desde antes de comenzar su carrera en Bellas Artes. "Incluso me presenté a un Open Day en Vigo con una amiga mía, recién finalizado el Bachillerato", confiesa. A medida que se aproximaba al final de su máster en Diseño, reflexionó sobre su futuro en la industria de la moda y cómo su pasión por el trabajo en contacto con el público la llevó a considerar seriamente una carrera en la aviación.

Descubriendo Air-Hostess y formándose para el éxito

La elección de Paula por Air-Hostess fue influenciada por una amiga que ya había completado el curso. "Conocí la escuela de Air-Hostess porque una chica que entrenaba atletismo conmigo había obtenido el certificado allí", explica. Sobre su experiencia en la escuela, Paula revela: "Durante el curso me centré en mantenerme al día para no sentirme agobiada en el examen final. Los profesores insistieron en la preparación completa para la prueba, lo cual agradecí enormemente. Gracias a eso, conseguir el “APTO” fue mucho más sencillo".

Del aula a las alturas: La rápida transición

La transición de Paula de la formación al trabajo fue sorprendentemente rápida. "Me examiné el 9 de marzo y el día 29 de marzo tuve la entrevista con Vueling", comparte. Paula comenzó su curso de conversión el 24 de abril, que duró dos semanas, y el 8 de mayo ya estaba realizando vuelos desde su base en Barcelona con la aerolínea.

Superando desafíos en el proceso de selección y el training

El proceso de selección para Vueling involucró una combinación de etapas en línea y presenciales. Paula detalla: "Desde el envío de CV y vídeos de presentación en inglés hasta un test en línea y una fase presencial en Barcelona, el proceso fue intenso pero rápido. El curso de conversión también fue intenso, enfocado en asignaturas relacionadas con la operación de Vueling".

Experiencias que dejan huella en los cielos

Paula comparte una anécdota intrigante: "Durante uno de mis vuelos nocturnos a Vigo, experimentamos un fallo en el indicador de la puerta. Esto resultó en un retorno a Barcelona por parte de los pilotos con el avión vacío y una pernoctación en Vigo del resto de la tripulación. Estos momentos impredecibles añaden una capa única de aventura a la profesión".

Mirando al futuro pero muy presente

Paula también comparte su perspectiva sobre la vida como TCP, admitiendo que, si bien hay aspectos positivos, también hay desafíos únicos que deben enfrentarse en esta profesión. Ella reconoce que "Los cambios de horarios son agotadores y que hay que convivir con la soledad, la vida social puede resultar difícil de compaginar".

No obstante, Paula destaca los aspectos gratificantes de su trabajo. La diversidad de pasajeros y los destinos cambiantes brindan experiencias enriquecedoras, permitiéndole conocer a personas de diferentes culturas y aprender algo nuevo en cada vuelo. Además, la posibilidad de vivir en distintas ciudades agrega un toque emocionante a su carrera. En sus propias palabras, "En mi caso, ahora estoy en Barcelona pero con la posibilidad de que me envíen algunos meses a Palma de Mallorca, Santiago de Compostela o Bilbao."

La vida como Tripulante de Cabina (TCP) no es para todos, y Paula está dispuesta a ser honesta sobre su experiencia: "En mi caso está siendo un 'amor-odio'". Aunque disfruta enormemente de volar y encuentra que es algo que nunca le cansa, reconoce que algunos días pueden resultar desafiantes. 

En esos momentos, sigue la filosofía de tomar un respiro profundo y enfrentar las situaciones con una actitud positiva. Su historia demuestra que el mundo de la aviación es un equilibrio único entre experiencias emocionantes y momentos de reflexión, y al final del día la historia de Paula no sería la misma sin ambas caras de la moneda que forman la realidad de ser TCP, realidad que los TCPs (Y en este caso específico, Paula) abrazan en su viaje en las alturas.